martes, 27 de octubre de 2009

Manifestación por la independencia de canarias

Toda persona tiene derecho a defender su propio mundo ilusorio y a apretar la mandíbula o soltar la voz en un momento de calentón. Otra cosa significa que estas actitudes tengan una finalidad práctica, encaminada a mejorar nuestro tiempo de vida sobre el planeta tierra. El sueño romántico de un mundo feliz y perfecto tiene sus límites y la utopía de la independencia de Canarias supone un paradigma del delirio, de un respetable delirio pero delirio al fin en pleno siglo veintiuno. La manifestación del pasado sábado 24 de octubre, en la que un buen puñado de legendarios militantes y jóvenes entusiasmados pedían o, más bien, vaticinaban que el año 2010 iba a ser el año glorioso en que los canarios dejaríamos de pertenecer administrativamente al estado español, es una sorprendente prueba histórica de que los viejos rokeros nunca mueren, formulándome yo la siguiente pregunta: ¿si según sus tan caducas como decorativas teorías la solución a nuestros graves problemas estructurales pasa por la independencia del archipiélago convertido en una república independiente y estrafalaria, qué vamos a hacer cuando se logre el objetivo, la perla dorada, el oscuro objeto del deseo de ser libres del estado español opresor? Nada garantiza nada y menos aún sin respaldo y soberanía popular. Todo esto huele a antiguo capricho, a religión victimista heredada. En fin, cada loco con su tema. Muchos gritos y muchos lloros pero ni una sola explicación, ni una propuesta política orientada a exponer cómo sería la realidad de la ilusoria independencia más allá de la primitiva visceralidad de la queja. Bla, bla, bla…

lunes, 26 de octubre de 2009

TODO

El añadido musical para este poema, es un regalo de Michael Nyman al recordarlo, en un apagón en la sala sinfónica del Auditorio de Tenerife, interpretar "el piano" con una simple vela encendida. Su música lleva y trae emociones. La mujer que está presente en el poema "Todo" de mi libro "Cuando yo era otro", nace precisamente del territorio de la duda y de la confusión, de la bella confusión que me anima a continuar el camino.
27/07/97 aproximadamente, de entre los laboratorios, cocinas, factorías…dentro de nosotros hay una fábrica de excusas o de obras de arte, y en ocasiones ninguna de las dos cosas.
Se tú misma. Racionaliza tu boca detenida, colócala en la mía. Anima los pájaros libres de la sílaba, del continente en el cual he sido pintor ecuánime de lo posible. Súplica fugaz del deseo y de su entorno indeleble y mágico siempre. Mínima expresión de retos despreciados, precipicio minado de caras, enhiesta adoración del vacío. Desobedezco la tentación de girar alrededor del cielo, de acabar alunando la tregua a media tarde. Mide el ocaso perfecto de la violencia, mira esa lámpara, enfermando de luz el silencio asesino que nada irradia, el silencio reincidente. ¡Qué atropello! Seguir augurando el futuro, hacer amistad con la lluvia imprevisible o con el arroz que me escatiman. Se tú misma. No captures nada porque nadie quiere hojas bajo custodia, tócame solamente como quien toca la feroz existencia de quien lo ambiciona todo. Amo el infinito que no conozco, quiero conocerte a ti, a Dios, a una nebulosa oculta que me comprime. Amo el infinito sin huellas, navego por él, remo por sus utopías oceánicas y llego exhausto al refugio veraz donde conjugo el rojo y todo su escándalo, el vanidoso rojo de tu sangre que se derrama como hemorragia de amor incesante como incesante rojo con brillo, como paredes dulces de la duda. ¡Quiero morir!, desenterrarme para siempre, indagar si el infinito costea el esfuerzo de dibujar hasta las esquinas puntiagudas del alma como algo deseable, y si no es así, devuélveme al suspiro terrenal de corregir mis labios que besan sin condiciones, sin emblemas.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Ricardo Costa, Camps, el PP y la política en general

Se terminó. Mi gusto ético y estético ya no soporta más. La paciencia se me ha agotado. Los señores que ostentan el poder o aspiran a conquistarlo, viven en otro mundo. Naturalmente perdí la confianza en la clase política hace años y cada día el duelo maniqueista entre buenos y malos, entre honrados y deshonrados me causa mayor repugnancia. Hay hombres y mujeres que entran a formar parte de jugosas listas electorales (véase al popularísimo Ricardo Costa) en partidos pudientes y con claras aspiraciones de triunfo por el mero hecho de satisfacer una antigua y atávica necesidad de dinero, fama e incluso sed y hambre masculina de mujeres jóvenes de muy buen ver. Me viene a la cabeza la palabrería y el estatus que proporciona la tan ambigua pero, paradójicamente significativa, frase: la atracción irresistible de la erótica del poder. Desear dinero y triunfo en el campo laboral y en el sexual, lo puedo llegar a comprender por nuestra condición de seres humanos pero, deben ser estos, objetivos pertenecientes al exclusivo ámbito de lo individual.

Los políticos son elegidos por la candidez de los ciudadanos; candidez que ha ido tomando en los últimos años proporciones bíblicas. Elegidos como servidores bien pagados de la sociedad, desenrollan la compleja madeja de la corrupción con mentiras y más mentiras. Me sorprendió escuchar en TVE esta mañana, a un diputado nacional del PP referirse a la crisis económica como un cáncer que afecta a los españoles. Me ruborizó que hablara empleando la expresión “los españoles” como una pluralidad ajena a él. Supongo (y no creo que sea suponer mucho) que estaría pensando en los ciudadanos a través filtro mntal del político oportunista, es decir, nosotros, que somos unos extraños que votamos cada cuatro años y damos un aval o cheque casi en blanco.

viernes, 9 de octubre de 2009

LA MUERTE DE PETER PAN

He aquí un adolescente disfrazado de Robín de los bosques, un bello embaucador que vuela. Un hombre-niño, un poderoso campo magnético con una interminable lista de sueños. Alguien que no se somete, no claudica, que habla y convence, seduce y miente. Héroe prohibido para hombres y mujeres responsables, que pierden el tiempo en burdas ocupaciones y testarudas aspiraciones de ser perfectos.

Héroe prohibido para padres de familia que no quieren ser jefes de la prole y para mujeres normativas que clandestinamente desean convertirse en Wendy. Todos, absolutamente todos tenemos, por lo menos, un sueño técnicamente imposible, oculto, delirante, amargamente corrosivo. Llámalo como quieras: vuelo sin retorno, principios de locura. ¡Viva la locura! pero que sea locura por un minuto, locura breve, efímera, que no comprometa nuestras vidas, nuestros pactos y acuerdos, perdón, quería decir nuestras amorosas relaciones con los otros. Hay incluso quienes guardan una estampita de Peter Pan en la cartera y la miran y la besan procurando no ser vistos por nadie. Peter Pan es el amor prohibido, el mal camino, la senda de la perdición, la muerte emocional por inmadurez y escaqueo las 24 horas de cada uno de los 365 días del año.