viernes, 12 de marzo de 2010

SENCILLAMENTE

Sueños de un trasgresor,

no le importa la anatomía sexual,

los nombres técnicos,

la historia oficial del cuerpo humano,

sólo emociones,

sólo placer.

Se consumen en silencio

sueños de un seductor,

¡qué valor!, le enseñaron en la escuela

el inglés precario del verbo to be

del ser o estar

para estar vivo y no ser

sino la mitad de un deseo,

la mitad de un latido,

la mitad de un whisky tomado a medias.

Sueña con que el exceso de diplomacia termine.

Un cuerpo desnudo jamás deja de hacer señales,

tiene en sí la tentación inaplazable

de entregarse al tacto de la humedad

sin príncipes azules ni desvelos

como en la niñez: jugábamos y nos tomaban por inocentes.

HA MUERTO MIGUEL DELIBES