EL PIRATA COJO

Que levante la mano quien no haya querido ser alguna vez un pirata, un travieso de pensamiento y de acción. Que levanten las manos los demasiado perfectos, los moralistas en exceso. Que levanten la mano los que censuran los placeres del cuerpo, los placeres de la boca, del estómago, de los ojos que son y serán, por suerte, siempre niños. Que renuncien de una vez los majaderos que no se enteran de que esta vida no es más que una y se vive solamente una vez.