De " Cuando yo era otro"
La ira es un hacha que se multiplica,
que te arroja a un mar que queda muerto
como un extenso charco que a nadie le importa.
Después de la crispación de las voces,
de la piel pálida,
de las gotas de sudor en la frente
que nos impone
la escarcha de la nevera del alma
que se descongela.
Después del arsenal bélico de los verbos,
De las miradas gélidas, de los niños
caídos al vacío y prolongados en el tiempo,
después, la soledad insoportable
como un sonido monótono y estridente.
Cesan los ruidos, los pronombres de la selva,
los ciclos naturales de los seres vivos se paralizan,
todos los árboles son arrasados
por una atómica lengua de fuego.
Caes, impactas contra el espejo,
el duro y cerrado cristal de la bóveda
de tu cerebro hecho con viejos y tóxicos
metales herrumbrentos.
La ira: se recogen abundantes muestras de locura,
la sangre del corazón se convierte en barro,
la soledad es la música breve, tenebrosa
de un piano lanzado a la calle
desde la azotea de un rascacielos.
3 comentarios:
Interesante publicación amigo, que gusto visitar tu blog, te saluda Edwin Yanes de Guatemala C.A, estamos a la orden, yaneselgrande@hotmail.com
Saludos y bendiciones.
éxitos
Bonito poema, aunque algo triste, espero que tu tristeza sea sólo poética. Un abrazo
la tristeza poética es muchas veces la propia tristeza en un momento dado de la vida
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