domingo, 10 de enero de 2010

Construcciones humanas

De " Cuando yo era otro"

La ira es un hacha que se multiplica,

que te arroja a un mar que queda muerto

como un extenso charco que a nadie le importa.

Después de la crispación de las voces,

de la piel pálida,

de las gotas de sudor en la frente

que nos impone

la escarcha de la nevera del alma

que se descongela.

Después del arsenal bélico de los verbos,

De las miradas gélidas, de los niños

caídos al vacío y prolongados en el tiempo,

después, la soledad insoportable

como un sonido monótono y estridente.

Cesan los ruidos, los pronombres de la selva,

los ciclos naturales de los seres vivos se paralizan,

todos los árboles son arrasados

por una atómica lengua de fuego.

Caes, impactas contra el espejo,

el duro y cerrado cristal de la bóveda

de tu cerebro hecho con viejos y tóxicos

metales herrumbrentos.

La ira: se recogen abundantes muestras de locura,

la sangre del corazón se convierte en barro,

la soledad es la música breve, tenebrosa

de un piano lanzado a la calle

desde la azotea de un rascacielos.

3 comentarios:

FILOSOFIA Y MAS... dijo...

Interesante publicación amigo, que gusto visitar tu blog, te saluda Edwin Yanes de Guatemala C.A, estamos a la orden, yaneselgrande@hotmail.com

Saludos y bendiciones.

éxitos

tartesa dijo...

Bonito poema, aunque algo triste, espero que tu tristeza sea sólo poética. Un abrazo

Víctor Yanes dijo...

la tristeza poética es muchas veces la propia tristeza en un momento dado de la vida