martes, 28 de julio de 2009

Agradecimientos

Supone para mí un enorme placer editar en formato blog lo que ya aperece en mi libro "Cuando yo era otro". Los agradecimientos como última estación de una obra literaria, representan no solamente un acto de gratitud, también el reconocimiento de la realidad externa de nuestras relaciones con los demás. Ellos de algún modo me ayudaron a publicar, a salir de mi cueva.

Agradecimientos

A mis padres y hermanos por guardar el secreto de mi vocación poética.

A Aida, amor reciente en el largo camino de la vida; a ti, por tu voluntad indestructible para conocerte a ti misma y de la que tanto aprendo, a ti que eres el día a día de los grandes proyectos.

A Javier, por su habilidad conversadora, siempre dispuesta a unir humor e inteligencia; a ti, por tu corazón, tu valiosa sencillez, por tu amistad única, porque me recuerdas siempre a algún poema de Gil de Biedma.

A Dani Olivera por haberme acompañado en las noches del debut oral de nuestros versos.

A Rubens, padrino con disnea, acelerador de los sueños y proyectos, hermano del todo es posible, gran amigo, luchador optimista.

A César Gil por su afecto y apoyo, por recitar mis poemas en las madrugadas de Radio Nacional de España, porque gracias él, insomnes cultos o iletrados me escucharon. Un abrazo duradero, amigo.

A Ezequiel Pérez Plasencia, por darme su decenio del cronopio, sus hospitales, su amistad, por abrir los oídos a la poesía joven; a ti, Ezequiel, donde quieras que estés.

A las muchachas que dejé atrás porque el amor tranquilo llegó, a ellas, que estuvieron dentro de mi universo de hedonismo imposible, con cariño a ellas, siempre en mi recuerdo.

A Pepe Juan, escritor, profesor, crítico.

A Ángel Vizcaya (librería del Cabildo), soñador inquieto de la cultura.

A Juan Gómez Jerez, a Samir Delgado, a Ernesto Rodríguez Abad, a Alejandro Suárez,

a Jaime y a Rosi.

A Rafa Medina, a Alicia Mújica e Israel Brenes, por los años compartidos de insumisión.

A mis abuelos, a la niñez de Santa Cruz y Los Realejos.

A Gabriel Celaya, a Blas de Otero a Gil de Biedma, a José Agustín Goytisolo, a Mario Benedetti, a Millares Sall, a Gutiérrez Albelo, a Ernesto Sábato, a Albert Camus, a Krisnamurti a Kirmen Uribe, a Manolo Padorno, a Elder Silva y a los que vendrán.

Al Surrealismo, a Canarias, al apetito de vanguardia.

A los que luchan y dan su tiempo por un mundo más justo.

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