miércoles, 7 de octubre de 2009

Cansancio

poema que escribí en septiembre de 2003 Me duele y lo digo el lujo pueril de mis secretos, me preocupa escuchar la anarquía de mi respiración cuando fumo durante toda la noche. Ya no bebo cerveza y voy al gimnasio a limar las inconfensables asperezas de mis treinta años porque leí en no sé que revista que el sedentarismo está plagado de parásitos que destrozan ésta espléndida brevedad llamada juventud. Me duele la leve sensación de mi artificial dureza, haberte tenido en los peores años de mi adolescencia encerrada en una urna de cristal enviándote poemas para combatir el hambre. Me cansan y lo digo, los amigos que hablan de la amistad jugando a la ruleta rusa de complicar las palabras, me cansan los infelices que no arriesgan a romper su rutina. Me aburre el luminoso stock de las utopías, empiezo a odiar los teoremas, las teorías. Me cansan los poetas que copian a Rimbaud o Cernuda y borran las huellas del delito. Me cansa vivir del cuento porque una vez fui un héroe, me aburren los hombres que se casan con sus madres y pierden definitivamente cualquier esperanza de seguir con vida, me desespero, me desvivo, espero con una ansiedad gigantesca el infarto masivo de la sangre fría.

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