lunes, 26 de octubre de 2009

TODO

El añadido musical para este poema, es un regalo de Michael Nyman al recordarlo, en un apagón en la sala sinfónica del Auditorio de Tenerife, interpretar "el piano" con una simple vela encendida. Su música lleva y trae emociones. La mujer que está presente en el poema "Todo" de mi libro "Cuando yo era otro", nace precisamente del territorio de la duda y de la confusión, de la bella confusión que me anima a continuar el camino.
27/07/97 aproximadamente, de entre los laboratorios, cocinas, factorías…dentro de nosotros hay una fábrica de excusas o de obras de arte, y en ocasiones ninguna de las dos cosas.
Se tú misma. Racionaliza tu boca detenida, colócala en la mía. Anima los pájaros libres de la sílaba, del continente en el cual he sido pintor ecuánime de lo posible. Súplica fugaz del deseo y de su entorno indeleble y mágico siempre. Mínima expresión de retos despreciados, precipicio minado de caras, enhiesta adoración del vacío. Desobedezco la tentación de girar alrededor del cielo, de acabar alunando la tregua a media tarde. Mide el ocaso perfecto de la violencia, mira esa lámpara, enfermando de luz el silencio asesino que nada irradia, el silencio reincidente. ¡Qué atropello! Seguir augurando el futuro, hacer amistad con la lluvia imprevisible o con el arroz que me escatiman. Se tú misma. No captures nada porque nadie quiere hojas bajo custodia, tócame solamente como quien toca la feroz existencia de quien lo ambiciona todo. Amo el infinito que no conozco, quiero conocerte a ti, a Dios, a una nebulosa oculta que me comprime. Amo el infinito sin huellas, navego por él, remo por sus utopías oceánicas y llego exhausto al refugio veraz donde conjugo el rojo y todo su escándalo, el vanidoso rojo de tu sangre que se derrama como hemorragia de amor incesante como incesante rojo con brillo, como paredes dulces de la duda. ¡Quiero morir!, desenterrarme para siempre, indagar si el infinito costea el esfuerzo de dibujar hasta las esquinas puntiagudas del alma como algo deseable, y si no es así, devuélveme al suspiro terrenal de corregir mis labios que besan sin condiciones, sin emblemas.

1 comentario:

Aida Esther Pérez Lorenzo dijo...

Tuve la suerte de compartir ese increíble apagón contigo y disfrutar ese imprevisto y mágico momento.
También la tengo, cuando comparto tus poemas, en ocasiones, aún borradores por terminar.
Maravilloso Michael Nyman! Ya estoy deseando que vuelva.