jueves, 31 de diciembre de 2009
FELIZ 2010
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Malas noticias desde el Imperio
Hollywood nos ha metido otra vez un gol. No conozco todavía a nadie que no se haya dejado arrastrar, aunque sea un poco, por la ilusión óptica de los personajes de ficción. Obama es un gran muñeco con personalidad propia, que se quedó en el filo de su propia poesía de política pro-activa en derechos sociales y detrás de un eslogan muy yanqui que anima a hacer realidad los sueños dorados de la clase media, esto ya lo habían prometido venerados iconos del partido demócrata, que destilaban a cada paso que daban, magnetismo personal y brillante oratoria (véase a Kennedy o a su hermano Bobby, por poner un ejemplo).
La relación desproporcionada entre la imagen mesiánica que proyecta Obama y la resolución tibia de los conflictos es propia de la duermevela de los paraísos idílicos, o dicho de otro modo: "yo quise ser lo que finalmente no he podido ser" o paradigma de la fábrica Hollywood S.A: placer efímero ante la efervescencia popular, ofertar sueños u otros planetas paralelos e irreales.
martes, 22 de diciembre de 2009
Jaime Gil de Biedma II
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-ésas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
Ay el tiempo! Ya todo se comprende.