miércoles, 27 de mayo de 2009
CAMPEÓN ABSOLUTO
martes, 26 de mayo de 2009
30 de mayo dia de Canarias, I
martes, 19 de mayo de 2009
Pasión sin estridencias
lunes, 18 de mayo de 2009
DEFENDER LA ALEGRIA
Mario Benedetti ha muerto
Ha muerto uno de los grandes, un amigo:
Mario Benedetti, Don Mario, Mario acaba de morir a los 88 años en su casa de Montevideo, y es inevitable que vengan a mi memoria las mejores instantáneas de nuestra amistad. Una amistad forjada a base de lecturas y relecturas, porque hay escritores, y Benedetti es uno de ellos, que te acompañan a lo largo del tiempo, como un entrañable compañero de viaje. A su patrimonio poético recurrí en numerosas ocasiones, por ejemplo, para expresar mi necesidad de ser amado, recitándole el poema táctica y estrategia a la mujer con la que, al cabo de los años, terminé casándome.
Él y yo nunca nos conocimos personalmente, pero como dijo anoche Juan Cruz en la Cadena Ser: “un amigo es aquel que te susurra al oído las cosas que uno quiere escuchar”.
Mario fue el primer poeta al que leí en profundidad, abundantemente, con un entusiasmo nuevo, como quien está frente a la revelación de un gran acontecimiento existencial. Fue un escritor que me puso una antorcha en las manos para aprender a juntar versos, para iluminar mi motivación, mi agitado estado anímico ante la posibilidad y el deseo de convertirme en poeta.
Mario era grande, recuerdo un memorable episodio, en el que junto a su querido amigo, el músico Daniel Viglietti, daban un recital en el paraninfo de la Universidad de La Laguna, a finales de septiembre de 1994. Yo llegué tarde, la sala estaba llena hasta los topes y la lectura poética ya había comenzado, pero la insistencia, en forma de golpes con los puños y las piernas en las puertas de acceso por parte de los que nos habíamos quedado fuera, dio sus frutos. Ante el lógico nerviosismo del dispositivo de seguridad, Mario dio la "autorización" para que los que nos habíamos quedado fuera, entráramos y compartiéramos con él y Viglietti un evento tan enormemente conmovedor. Había gente sentada hasta en el suelo, los anfiteatros y los palcos peligrosamente abarrotados y aquella noche se convirtió en una de esas noches en la que los vellos de los brazos siempre están de punta, la noche poética más hermosa que hasta el día de hoy he vivido. El evento terminó con una ovación interminable de aplausos, de personas llorando, abrazándose, cantando bajo una sensible atmósfera de gran carga emocional. Era igual que presenciar la alegría perfecta y cristalina de las personas cuando vamos y regresamos de los asuntos del corazón revitalizados. Irrepetible, inolvidable.
Cuando volví a casa y llevado en volandas por la emoción, me dije para mis adentros: "tengo 20 años y quiero ser poeta”.
domingo, 17 de mayo de 2009
viernes, 15 de mayo de 2009
Adoradores de mitos I
Recibo en mi teléfono móvil el siguiente mensaje de texto: hoy viernes 15 de mayo fiesta conmemorativa del 50 aniversario de la revolución cubana. Sé que es casposamente academicista, pero me fui directo al diccionario de la RAE y busqué el término revolución. Entre muchas acepciones dos me llaman poderosamente la atención: cambio rápido y profundo en cualquier cosa/cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación. Me planteo qué absurda ambigüedad la de cultura que proviene de las enciclopedias y que reiteración política, propagandística, mediática, alienante, la de sostener la pantomima revolucionaria de un poder establecido hace 50 años.
Resulta ridícula la espectacular mediocridad de la izquierda acomodada junto al calor del pañuelo palestino al cuello y tan en el papel de adoradores de mitos. La izquierda atea también tiene sus dioses, su fe en el grito lejano e histórico de los mitos es un buen ejemplo de ello.
Diría más, el socialismo de Castro fue como otros tantos socialismos un espejismo ilusorio, una invitación a la esperanza que duro dos días, ya se sabe, grandes avances: cultura y sanidad para todos y 50 años después qué queda, me pregunto yo.
La máquina propagandística de la izquierda europea siempre tan bien puesta en la foto, tan amiga del qué dirán, de competir por situarse más a la izquierda que el compañero del mismo barco.
Agradezco la invitación pero no asistiré a la celebración de tan insigne onomástica. Fundamentalmente no le encuentro sentido a festejar algo qué aconteció hace medio siglo y más cuando hoy la realidad de Cuba no es precisamente un motivo para la fiesta. Qué fácil es hablar de resistencia y dignidad desde nuestra privilegiada situación de ciudadanos del mal llamado primer mundo.
Alcoholismo y desamor
L22 Radio La Colifata
viernes, 8 de mayo de 2009
La vanidad, ese gran adorno I
¿Qué es un taller de creación literaria?
He estado en unos cuantos talleres de creación literaria. El último al que asistí tenía como noble objetivo, enseñar a escribir a un cuantioso número de alumnos, ilusionados con obtener los recursos técnicos necesarios para poder, una vez terminado el taller de escritura, expresar sobre el papel en blanco sus emociones "correctamente". Me llama poderosamente la atención el formalismo academicista imperante, tan cercano al recetario de la técnica para construir una buena obra.
Voy a un taller literario y me hablan de recursos literarios, de tener claro cómo lograr que el mensaje sea sugerente, atrayente, creando una expectativa emocional en el lector y bla, bla, bla. Magnífico repertorio didáctico pero a todas luces insuficiente para convertirse en un buen escritor. Considero que un buen escritor es una persona que intenta no traicionarse, que sabe ver su historia vital, leerla, observarla, contarla incluso, que logra una exitosa catarsis o un auto-reconocimient esencial en el "grave dilema" de saber quién es él.
No quiero decir con todo esto, que no sean naturales las convivencias con literaturas de evasión, lo que intento explicar es que en las escuelas de creación literaria el elemento emocional, que es el único gran vertebrador de la obra literaria, vive relegado a un ámbito personal, íntimo, como dejandonos claro de antemano que nuestra historia, lo que queremos contar y que es muy útil para el desarrollo de la creatividad y finalmente para la buena transmisión del mensaje, obligatoriamente quedara confinado bajo llave en el cajón mental de nuestra privacidad.
Propongo abiertamente correr mayores riesgos. Podemos descubrir algunos buenos, excelentes, brillantes escritores salientes del apuro existencial, del vacío de no encontrar el rumbo...todos tenemos algo escondido y yo, como escritor, tengo lo mío.
Propongo el taller de escritura no como una terapia pero si como un viaje a la motivación de sentirnos vivos. Adentrémonos de una vez por todas, y hasta donde cada uno de nosotros pueda llegar, en ese conglomerado de emociones reprimidas.
Próximamente editaré el borrador de mi taller de escritura ideal.