miércoles, 1 de abril de 2009
Leo Bassi
Aquí tenemos a un intelectual diferente. Un intelectual que provoca, al que se le queda pequeña la tertulia de café y se pone a actuar, con esmero, con gusto estético, más allá de las aburridos manifiestos y proclamas. Enemigo de Berlusconi y del fútbol, hay que apreciar su discurso en los movimientos de sus espectáculos. No es un graciosillo insolente, no es un muñeco escatológico que hace reír y ahí se acaba todo. Hay un mensaje simple y potente detrás de todo lo que hace. Viva Leo Bassi; maravilloso "loco", nunca bufón de ninguna corte institucional de la izquierda, que solivianta, quizá sin él quererlo, a las huestes siniestras del siniestro catolicismo.
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